La vida de los niños

Los niños no comenzábamos a ir a la escuela hasta que cumplíamos cinco o seis años y con cinco o seis años, un niño en casa da mucha lata, sobre todo, si su madre tiene otros cuantos hijos a su alrededor. La solución estaba en la calle: no existía el peligro de los coches, se conocía todo el mundo y había muchos niños para que se entretuvieran los unos con los otros y si se presentaba algún percance, siempre había alguna persona mayor cerca, que intervenía si algo se salía de lo normal. Así que los días de buen tiempo, los niños, con una camiseta, unas alpargatas, el culero y… ¡a la calle niño, que no haces más que estorbar!
Ahora que lo pienso ¿sabéis lo que era un culero? El culero, los culeros,  eran unas bragas que nos ponían a los pequeños hasta que hacíamos la Primera Comunión, que era el rito de paso que te daba derecho a usar calzoncillos y pantalones.

© Milio el del Nido
Memorias de Ciudad Naranco

Comentarios